El lapislázuli en bruto no es una piedra que pase desapercibida. Su color azul profundo con vetas doradas y blancas ya habla por sí solo. Pero lo que realmente la hace especial es cómo te ayuda a conectar con tu intuición, tu sabiduría interior y tu capacidad de expresarte con autenticidad.
En su forma natural, sin pulir, conserva toda su energía directa, sin adornos. Es ideal si estás en un momento en el que necesitas tomar decisiones importantes, confiar en lo que sientes o simplemente volver a escuchar esa voz interna que llevas tiempo ignorando.
Tradicionalmente se ha asociado al chakra del tercer ojo y al de la garganta, por eso es tan potente para quienes están trabajando su visión interior, la confianza en sí mismos o el desbloqueo de la comunicación emocional.
Muy recomendable para personas intuitivas, creativas, espirituales, terapeutas o aquellas que están atravesando procesos de despertar personal. También es una piedra muy usada en meditación profunda, canalización o simplemente como amuleto de fuerza tranquila.
El lapislázuli no te empuja. Te muestra. Y cuando lo hace, ya no puedes mirar hacia otro lado.
2-3 cm.