El jade en bruto es un tesoro directo del corazón de la tierra. A diferencia del jade pulido, esta piedra conserva toda su textura natural, su energía intacta y su conexión más pura con los elementos. Su presencia inspira calma, sabiduría y equilibrio.
Considerada desde hace milenios como una piedra sagrada, el jade es símbolo de prosperidad, longevidad y sanación emocional. Su energía suave pero constante armoniza el cuerpo, la mente y el entorno, ayudando a liberar tensiones internas, atraer la buena fortuna y fomentar relaciones sanas y estables.
El jade en su estado bruto es especialmente apreciado para trabajos energéticos profundos, rituales de anclaje, altares personales o simplemente como decoración viva para espacios que buscan paz y belleza natural. También se puede usar como piedra de acompañamiento para quienes atraviesan procesos de sanación, decisiones importantes o etapas de crecimiento interior.
Perfecto para personas espirituales, sensibles, terapeutas o quienes se inician en el mundo de los cristales y quieren empezar con una piedra noble y sabia. El jade no impone: guía desde la calma.
6-8 cm.